Si tienes un smartphone de la marca que sea, podemos apostar con amplio margen de ventaja a que eres un miembro muy activo de las redes sociales… y también podemos apostar a que te sientes solo.
Desde luego no es sencillo admitirlo, pues nos enfrentamos a un nuevo tipo de soledad: el aislamiento tecnificado. Internet, el wifi, los smartphones, las redes sociales, la mensajería instantánea con el WhatsApp a la cabeza, han ampliado nuestro número de relaciones, pero también las han deteriorado.
¿Cuántos amigos tienes en Facebook?
¿Cuántos contactos tienes en tus servicios de mensajería? La diversificación de la oferta de “amigos” amenaza con convertirnos en amigos de todos, pero sin compromiso alguno.
Los adolescentes cuyo tiempo cara a cara con sus amigos está mayormente en sus teléfonos son los más solitarios de todos, pero incluso aquellos que mezclan la socialización en el mundo real con los medios de comunicación social todavía están cada vez más aislados, según un informe publicado el miércoles.
A la par que tenemos una mayor capacidad para contactarnos con más gente, también tenemos una mayor capacidad para ignorarles. Los estudiosos de la conducta señalan que necesitamos tiempo para establecer vínculos, para crear empatía con otros. Ante una multitud de “conocidos”, somos incapaces de que nos importen, y sólo les podemos olvidar.
Nuestro problema, y a razón por la que estamos solos en medio de las multitudes virtuales, es que hemos elegido al sustituto y no a lo real. Usamos el teléfono, la mensajería el chat en lugar del contacto cara a cara con una persona. Ante las dificultades que entraña una relación verdadera, hemos preferido a sus sucedáneos. Y estos sustitutos tienen un alcance limitado.
Y la mayor limitación de ese sustituto de las relaciones es que tú también te conviertes en parte de esa multitud desechable de las relaciones digitales: eres uno demás y será tan sencillo ignórate como olvidarte.
¿Cómo puedes evitar quedarte solo en la era del WhatsApp?
Desconecta. Busca. Cultiva relaciones. No uses más el sucedáneo: ve por el contacto real. Será difícil al principio: es todo un aprendizaje. Pero los primeros logros te intoxicarán con algo que no conocías: la valía de las relaciones humanas profundas y reales.